Hoy desperté con la premonición ridícula (pero casi siempre certera) de que al final del día estaré enfermo. Me pasa esto de que siempre sé (con anticipo) cuando mi cuerpo cobrará factura de los excesos. No es queja, es mera acotación. En realidad nunca me ha molestado el cuerpo cortado, el dolor de cabeza, y el moco caudaloso. Lo que me puede molestar es NO poder fumar. Realmente me enerva el humor no poder fumar. Me deshace el día entero. En fin, espero estar equivocado, y no sea más que un presagio mal-fundado.
He andado tarareando los mismos días últimamente. Será que los encuentro placenteros. Poco, muy poco trato de cambiarles. Me he metido en esta rutina de disfrutarlos enteros. La vida es de rachas, y cuando uno anda enrachado, es mejor no moverle a nada. Por aquello de las malditas dudas (dice el Yisus). Así que procuro despertarme del mismo lado de la cama, caminar por los mismos lugares y no salirme mucho de este frasco cotidiano. Trato, en pocas palabras, de no despertar la atención y pasar lo más desapercibido posible, mientras esta racha dura. Si algo de existente tiene el karma, será mejor no averiguarlo, pienso yo.
Saludos
el hecho de estar enfermo no impide fumar, por lo menos a mi no me lo impide, pero eso si , no sabe a nada el cigarro, bueno este sencillito pero honesto, como esos que te platican, suerte con la revista y espero estar entre las paginas
salud!!!