Hace ya algunos ayeres, por ahí de 1820, un niño de precarios 14 años se adentraba en los bosques del estado de Nueva York para –sí- “hablar” con Dios. Vamos ¿qué podía salir mal? El resultado no fue otra cosa más que una verdadera genialidad. De esas que la humanidad podrá presumir para la posteridad. Aquél niño de 14 años empezó a predicar que en ese bosque, Dios y su hijo Jesús descendieron de los cielos para echarse una platicada con él.
Ahí le encomendaron -entre tantas cosas- la “restauración” de la iglesia cristiana y se le revelaron algunas “verdades”. Por ejemplo, que en el histórico Día de la Resurrección, Jesucristo también visitó América, y que -contrario a lo que la escuela nos ha enseñado- los primeros pobladores americanos fueron israelitas. Así como lo leen, y pues sí, ¡al diablo la ciencia!. Joseph Smith(aquel niño de 14 años) se autoproclamó el “último profeta de Dios” y redactó un par de tesoros bibliográficos que finiquitaron con la instauración de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (o Mormones pues). Aquí un repaso rapidito con manzanitas y toda la cosa:
El Libro de los Mormones en el que está basada toda la creencia y fe mormona, es en realidad una “traducción” por parte del profeta Smith de los registros escritos por las «antiguas civilizaciones americanas» procedentes de Jerusalén en el que, básicamente, pues está descrita toda la “verdadera” historia americana.
El compendio es una verdadera joyita plagada de anacronismos y equivocaciones geográficas e históricas. Situando y describiendo ciudades erróneamente y ubicando animales, plantas y herramientas en la antigua América desfasadas de su espacio-tiempo, como caballos, elefantes, trigo, acero, cobre y uno que otro carro último modelo.
En fin, todo esto viene a cuento porque leyendo algún artículo en el periódico me encontré con la reseña del musical montado en Broadway por los creadores de South Park. Esta sí, una verdadera joyita. Una sátira donde un par de misioneros mormones van a esparcir la palabra de Dios a Uganda. Una parodia que ironiza con la «fe ciega» de las religiones y que -al parecer- en el proceso, termina por encontrarles algo de sentido. Todo esto mientras cantan y bailan ¿qué puede salir mal carajo?. Ya ganaron 9 Tonys y pues me va usted a disculpar, pero la idea me parece de lo más fantástica. Ya la agregué a mi maldito Bucket List personal.
Hello, did you know that Jesus lived here in the USA?
A mormon JUST believes!
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