Irma (Amézquita), la coordinadora de la carrera, nos citó en su oficina esa tarde para prohibirnos tajantemente reinscribirnos al curso de “Teorías y Técnicas de la Televisión” con el maestro Schwebel. La Universidad de Guadalajara amenazaba con aplicarnos el famoso y temido “Artículo 33”. Sí, el terror de los estudiantes de la UdeG. Para los no conocedores, el célebre artículo 33 de la UdeG significaba la expulsión de por vida de la universidad por reprobar la misma materia en tres ocasiones. Al Juan y a mi nos quedaba ¡un solo strike!. Fail #1 Leonardo Schwebel entró ese día al aula
Mira hijo, trataré de ser breve, aunque sería bueno que te fueras enterando que tu viejo es un tanto testarudo y otro tanto melodramático cuando se sienta a escribir en el
Para que todo el universo (que eres tú) quepa en este par de líneas huecas habría primero que eliminar todo aquello que pudiera sobrar. Mi melón. Nada en ti sobra. Ni
Se mi rueda de viento. ¿Qué más hay por decir?… Sea usté, mi rueda de viento. Siempre. Verá, que en palabras escasas, decirle a una mujer que sea su inalterable destino,
Hacer planes, es por definición –quizá antonomasia- desperdiciar el tiempo. Es la ausencia de cualquier lógica. Querer planificar la frágil existencia me es absurdo. He basado mi vida sobre la idea
No es mucho -ni es poco- decir que todos estos años me había yo rehusado al “teléfono inteligente” (sic). Al “traiga usted su vida consigo para todos lados”. Siempre me había
Así las cosas, con la primavera enfrente, con el frío cada vez más distante, y con las nubes cada vez más dispersas: los días se disfrutan más. Se hacen enteros, buenos.
Pues la vida es esto: hacer camino, tomar decisiones, cosechar. Amar a una mujer, querer amarla para siempre. Será que a eso hemos venido todos, a cosechar. Tarde o temprano decidimos
Ahí estaba yo, disfrutando a bocanadas el día, cuando me encontré con esto: Y entonces cerré los ojitos, me froté las manitas, y le pedí a la vida que a alguien
No voy a mentir, soy un excelente aceptador de regalos. Me forjé bajo la fehaciente idea de que recibir es exponencialmente mejor que dar. Quién diga lo contrario pues da mucha